Lo confieso.
Soy de los que consulta las estadísticas de visitas varias veces a lo largo del día. Siempre que tengo la oportunidad.
Suelo hacerlo, también, justo antes de acostarme y justo después de levantarme. Desde el móvil, para comprobar cuántas personas “me han visitado” mientras dormía.
Sí, es una tontería muy grande…lo sé…
Pero se ha convertido en un ritual que me motiva. ¡Y me gusta!
¡aaaarrrg…visitas falsas!
Después de esta confesión, entenderás porqué desde el primer momento me molestó tanto el spam en Google Analytics.
Al principio lo calculaba a ojo y lo restaba mentalmente al total de sesiones para tener una idea aproximadada de las visitas reales.
Luego aprendí a identíficarlo, a clasificarlo por tipología y funcionamiento, y me creé segmentos que lo excluían de los informes.
Al poco tiempo, me harté de aplicar los segmentos cada vez que entraba en Analytics y, de hecho, no podía aplicar segmentos personalizados a través del móvil.
Mi ritual era una experiencia frustrante.
Así que aprendí a crear filtros que evitan que el spam quede registrado en Analytics. Me creé una vista “libre de spam”.
Después descubrí que las web de destino del spam iban cambiando con el tiempo. Era necesario actualizar y adaptar los filtros periódicamente.
Investigué cómo aumentar la efectividad de los filtros y experimenté múltiples opciones en busca de la solución más efectiva.
Finalmente, he encontrado una metodología que fulmina el 95% o más de las visitas falsas.
Lo he probado con diferentes clientes y en diversos tipos de sitios web…¡y funciona!
Por cierto, debería presentarme un poco…¿no?
Tengo 44 años. La mitad compartidos con mi esposa y madre de mis dos hijos, Pau y Joel. También forma parte de la familia, Leo, un golden retriever de casi 2 años y más de 30 kilos.
Sigo estando tan enamorado de mi mujer como el primer día. Y mi mujer sigue estando tan enamorada de Leo como el primer día -tal vez más.
Vivimos en Castellón.
Es una ciudad muy equilibrada, ni demasiado grande ni demasiado pequeña. Junto al mar, y a un tiro de piedra de diversos paísajes montañonos.
Mucha gente se sorprende, pero por eso se llama “de la Plana”.
No destaca por nada, pero tampoco le falta casi nada.
¡Ni siquiera aeropuerto!…bueno…dejemos ese tema…
Cuando me enfrenté a la crucial cuestión de elegir carrera universitaria, Internet era apenas un embrión de lo que es ahora.
De hecho, me licencié el año 1996 en que en la Universidad de Stanford nació un proyecto llamado Backrub, que dos años más tarde (1998) dió origen a una empresa conocida como Google. Tal vez te suene.
No me interpretes mal. No me arrepiento de mi licenciatura en Humanidades, ni de los más de 15 años de carrera profesional en la gestión de proyectos de investigación. Ni mucho menos.
Pero, con el paso del tiempo, ese mundo fue dejando de ser el mío.
Cada vez, con mayor frecuencia, estaba deseando que finalizara la jornada laboral, para poder dedicar tiempo a lo que desde un principio me atrapó: el universo online y sus posibilidades.
Pasaba el tiempo y las cosas funcionaban cada vez peor, las piezas no encajaban, los astros estaban cada vez más desalineados.
Hasta que en 2013 tomé la decisión (un poco tarde, ahora, lo sé) de iniciar mi propia aventura online, que me condujera a desarrollarme profesionalmente con aquello que más me gusta hacer.
Sigo en el camino….pero encantado.